Entrevista a Soledad Muruaga
Presidenta de la Asociación de Mujeres para la Salud de Madrid y
Directora del Espacio de Salud “Entre Nosotras”

El chalet de la avenida de Alfonso XIII donde reside el Espacio de Salud “Entre Nosotras” es un lugar luminoso, cálido y acogedor, que irradia paz. Aunque allí se afanan varias mujeres, lo único que se oye es la suave música de fondo, interrumpida a menudo por el sonido del teléfono y por las preguntas claras y directas de la compañera encargada de atender las llamadas de las
mujeres que buscan ayuda.

Me recibe la propia Marisol y juntas nos dirigimos a la cafetería. Mientras nos tomamos un café en la bien organizada “cafetería-autoservicio” entran otras trabajadoras del Centro. Son las
11 de la mañana y las psicólogas tienen unos minutos libres hasta que llegue su siguiente cita. Me cuentan que las mañanas son más tranquilas que las tardes, ya que las dedican a las entrevistas, a
las terapias individuales y a elaborar informes. Se percibe la buena relación que existe entre ellas. Los sentimientos fluyen con tanta naturalidad que, después de unos minutos de charla, sientes
cómo los tuyos propios se animan a participar y te descubres hablando sobre tu vida con total libertad. Como si demostrar los sentimientos y las emociones a los pocos minutos de conocerse
fuese lo normal.

Terminamos nuestro café y Marisol me lleva a hacer un recorrido por todo el Centro, por sus salas para los grupos -que ellas llaman Taller- el gimnasio, la sauna, la biblioteca y videoteca,
hasta llegar a su despacho, tan acogedor como el resto del Centro.

¿Cuándo y con qué fines fundasteis la ONG
Asociación de Mujeres para la Salud?

La Asociación nació en 1983, ya hace casi dieciocho
años y los fines, recogidos en los estatutos,
van todos dirigidos a promocionar actividades
para mejorar la salud de las mujeres.
Actividades como proponer actuaciones y
crear programas alternativos a la asistencia sanitaria,
recopilar información e investigación
de todas las áreas relacionadas con su salud,
intervenir ante la Administración cuando se
elaboren políticas que afecten a la salud de las
mujeres… También organizamos actividades
de apoyo, cooperación y solidaridad con las
mujeres del tercer mundo, especialmente con
las mujeres latinoamericanas. En definitiva,
queremos brindar apoyo, ayuda y asesoramiento
a las mujeres, tanto a las que necesitan de
nuestra ayuda terapéutica como a las profesionales
de la psicología.

¿Por qué el nombre Asociación de Mujeres
para la Salud? ¿No crees que puede llevar
a pensar que sois una asociación médica?

Hasta ahora no ha ocurrido. El nombre forma
parte de nuestra concepción de salud integral:
tan importante es mantener el cuerpo sano
como la mente.

¿Qué actividades desarrolláis actualmente?

Seguimos manteniendo, dentro de nuestras posibilidades,
actividades divulgativas y de sensibilización,
recopilando información y realizando
informes, elaborando materiales informativos,
didácticos, formativos y de sensibilización…
por ejemplo la edición de nuestra
revista La Boletina
. Y, en el año 2000 además
hemos celebrado el décimo aniversario de este
centro, Espacio de Salud Entre Nosotras, en
el que ofrecemos asesoramiento y tratamiento
psicológico especializado a mujeres de todas
las edades con graves conflictos socioeconómicos
y familiares, que padecen problemas
de salud mental, como depresión, crisis por
separación, divorcio, malos tratos domésticos,
ya sean físicos, psicológicos o sexuales, así
como a las mujeres que sufrieron abusos
sexuales o incesto durante su infancia.

¿Acuántas mujeres habéis tratado en estos
10 años?

Pues, calculando una media de 800 mujeres al
año, estamos hablando de más de 8.000 mujeres
que han pasado por este centro.

¿Por qué un equipo formado sólo por mujeres?

Porque todas las profesionales hemos pasado
por los mismos problemas que las mujeres que
vienen. O por lo menos, los hemos vivido muy
de cerca y los entendemos. Es una problemática
de género la que tratamos y no lo hace
mos desde unas relaciones basadas en el poder,
de forma que ellas sean las pacientes y
nosotras las que mandamos, sino desde la colaboración
y el apoyo, para conseguir los objetivos
que juntas nos marcamos.

¿En qué consiste la perspectiva de género?

Una perspectiva de género consiste en analizar
las relaciones de poder que se establecen
entre hombres y mujeres. Y es siempre desde
esta perspectiva desde donde tratamos los problemas
de las mujeres que vienen. Porque no
es lo mismo para las mujeres que para los hombres
una depresión, por ejemplo. Las causas
son diferentes. Tampoco es lo mismo una separación
o un divorcio para un hombre que
para una mujer. No van a pasar por la misma
problemática unos y otras. En los malos tratos,
en general, las mujeres van a ser las víctimas
y los hombres los agresores. En los abusos
sexuales, también las mujeres van a ser
las víctimas y los hombres los agresores. Es
desde esta perspectiva de género, causada por
la educación que recibimos unas y otros, como
se forman las relaciones de desigualdad de
poder: las mujeres subordinadas a los hombres.
Ytodo esto hay que tenerlo muy en cuenta
a la hora de analizar la problemática de nuestra
salud.

Has hablado de la depresión, que según he
leído en vuestros informes, es el problema
más común entre las mujeres que acuden a
vosotras, ¿qué os piden? ¿cómo hablan de
su problema?

Ellas llaman diciendo que están deprimidas,
que no tienen ilusión, que lloran mucho, han
perdido el apetito y tienen dificultades para
relacionarse con sus parejas y con sus hijas.
Así vienen la mayoría a la primera entrevista,
en la que tienen que explicar su vida. En esa
primera entrevista es donde suelen aparecer
las auténticas causas de la depresión, aparecen
los malos tratos, los abusos en su infancia,
la mala relación de pareja…

Con lo cual lo primero que tenemos que hacer
es saber quién es ella, qué quiere, en qué situación
está, para después tomar decisiones
respecto al Taller más conveniente para ella y
que pueda centrarse en su propio proyecto de
vida.

¿Cómo se financian tanto la AMS como el
Centro Entre Nosotras?

La Asociación recibe subvenciones del Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales para el
Centro Entre Nosotras, con cargo al 0,5% del
IRPF, y este año hemos recibido por primera
vez una subvención de la Fundación la Caixa.
La Boletina está subvencionada por el Instituto
de la Mujer, y las actividades lúdicas y formativas
las financia la propia Asociación, con
las cuotas y donativos que recibe.

¿En qué consisten las actividades lúdicas?

Son todas actividades “Recreativas”, espacios
donde aprendemos y Reaprendemos nuevas
formas de ser mujer. Todos los años tratamos
de reservar unos pequeños fondos para comprar
libros y así hemos conseguido reunir una
pequeña biblioteca, para el uso de las mujeres,
con unos 2.000 títulos, especializada en
ensayo y narrativa de mujeres. Además, organizamos
excursiones, tertulias y debates,
vídeo-forum, clases de baile y formación musical…
En definitiva, ofrecemos un lugar donde
las usuarias pueden disfrutar del tiempo de
ocio de una forma divertida y creativa.

¿Tenéis suficientes medios para cubrir todas
las peticiones de ayuda que recibís?

No. En este momento necesitaríamos contratar
más psicólogas para poder realizar todos los servicios
que nos requieren, pero cada año bajan
un poco las subvenciones, por lo que no tenemos
medios para contratar y estamos un poco
desbordadas. Así que este año 2001 vamos a
redoblar nuestros esfuerzos para conseguir subvenciones
adicionales de empresas privadas,
fundaciones y donaciones de particulares.

En estos diez años ¿habéis encontrado algún
cambio en la actitud con la que vienen las mujeres?

Sí. Hace unos años sólo hablaban de depresión
y ahora las usuarias van definiendo mejor
la problemática real que padecen. Ahora
muchas vienen diciendo “soy mujer maltratada”,
o “vengo a este centro porque he sido víctima
de un incesto”.

¿Crees que esto se debe a la influencia de
los medios de comunicación?

Sí, porque los medios de comunicación tratan
estos temas con más claridad. Ahora todo el
mundo sabe que el pasado año, 66 mujeres han
sido asesinadas por sus parejas y aunque todavía
no se trata con la profundidad suficiente,
por lo menos se informa de ello.
Las mujeres ya se atreven a hablar de su maltrato
porque ven que son muchas las que los
sufren y no se sienten igual de culpables que
antes. Empiezan a darse cuenta de que el problema
no es de ellas, sino de los maltratadores.
Antes, esto además se vivía con una vergüenza
enorme, y lo ocultaban porque pensaban
que era culpa suya, habían perdido tanto
su autoestima que se culpaban. Así que hablar
de ello es un importante alivio para las mujeres
que lo sufren, por eso es tan importante
hacer campañas de información porque gracias
a ellas, las mujeres lo pueden ver como
un problema social y no individual.
En este sentido yo hecho en falta que se haga
lo mismo con el incesto, pero es un tema que
todavía da mucho miedo tratar a los medios
de comunicación y a las instituciones públicas
porque sería como levantar una alfombra
con mucha porquería debajo. Y sería un revulsivo
social muy fuerte que se llegara a saber
el número tan alto de casos que existen.

¿Es tan importante el número de incestos
que tratáis?

De las 8.000 mujeres que hemos atendido, un
35% han expresado los abusos sexuales que
sufrieron en su infancia, 24% de los cuales
fueron producidos por algún familiar y la mitad
por el propio padre. Pero sabemos que estos
datos se quedan cortos, pues hay muchas
mujeres que lo mantienen en secreto toda su
vida o que lo niegan y se produce una especie
de “amnesia” sobre el incesto sufrido en su
infancia, como medida de autoprotección.

¿Cuáles son las peores secuelas del incesto?

Las secuelas del incesto afectan de muchas formas
la vida de las mujeres a pesar de los años
transcurridos. Entre las peores, yo señalaría
los sentimientos de indefensión, culpa, miedo
y baja autoestima. Las relaciones abusivas que
establecen, siendo víctimas de malos tratos
físicos, psíquicos y sexuales. Problemas sexuales,
tanto por evitación como por exceso y que
en muchos casos las lleva a la prostitución.
Muchas se auto lesionan (se hacen cortes, quemaduras,
se golpean…) y a menudo sufren de
anorexia o de bulimia.

¿Disponéis de datos para hacer un desglose
de los problemas tratados en todos estos
años?

El 92% vienen por depresión. Como dije antes,
35% por abusos sexuales y 24% por incesto.
Por malos tratos alrededor del 31%. Por
estar sufriendo un proceso de separación especialmente
traumático: el 35% y por problemas
de pareja el 84%.
Como ves, estos porcentajes no suman cien
porque una sola mujer suele tener más de un
problema a tratar y pasa por varias terapias. Y
también puedes ver cómo la gran mayoría de
las mujeres vienen por problemas de depresión.

¿Qué requisitos debe reunir una mujer para
acudir al Centro Entre Mujeres?

Cualquier mujer que tenga alguno de los problemas
que se atienden: depresión, malos tratos,
abusos sexuales, problemas de autoestima,
de pareja, de separación, etc. y quiera hacer
cambios en su vida puede acudir a “Entre
Nosotras”.

¿Qué debe hacer una mujer que quiera acudir al Centro “Entre Nosotras”?

Llamar al 91 519 56 78 para pedir cita para
la primera entrevista, realizada por una psicóloga
y que tiene una duración de entre una y
dos horas.

A partir de esta entrevista, con el informe de
la psicóloga, todo el equipo de profesionales
valoramos y evaluamos el expediente, con el
fin de integrar a las mujeres en el grupo más
adecuado a sus necesidades, por su problemática,
estilo de vida y edad.

¿Las terapias son completamente gratuitas?

Sí para todas aquellas mujeres que no disponen
de recursos económicos. Pero en el caso
de disponer de medios, se asigna una aportación,
negociada con ella según sus posibilidades,
que ayuda a la financiación del Centro.

¿Qué tipo de terapia utilizáis para prestar ayuda a las mujeres?

Un tipo de terapia de género feminista con una
metodología grupal que hemos ido poniendo
en práctica y que tiene elementos cognitivoconductuales.
Es decir, que después de realizar
un análisis sobre sus problemas de género,
se plantean los cambios que cada una necesita,
individual y colectivamente, y se hacen
tareas y ejercicios prácticos que ayudan a
resolverlos.

¿Todas las mujeres responden bien a este tratamiento?

No. Tienen que ser mujeres que acepten terapia
de género. Hay algunas que prefieren tener
terapias de pareja o familiares y nosotras
no hacemos ese tipo de terapia. Tampoco sirve
para mujeres muy machistas o incluso misóginas
que ven inferiores al resto de las mujeres
y no aceptan trabajar en grupo con otras
mujeres. Tampoco para las excesivamente religiosas,
porque con nuestra metodología en
lugar de ayudarlas podemos hacerles entrar en
un conflicto mayor.

Ni las que consideren que su problema es biológico,
que la depresión es biológica y que se
arregla con medicación. O aquellas que van
de víctimas y sólo están instaladas en la queja,
sin estar dispuestas a hacer algo para cambiar
la situación.

Es decir, que para que vuestra terapia sea
válida, ¿la mujer tiene que reconocer la
base social de su problema?

Tiene que reconocer que es un problema común
a muchas mujeres y que está en sus manos
poder trabajar con nosotras, pero que
debe de ser ella quien haga los cambios, que
las profesionales de Entre Nosotras podemos
proporcionarle elementos y propuestas
de cambio, a la vez que el resto de las mujeres
de su grupo de terapia, pero que la que
tiene que llevarlos a cabo es la propia mujer
y asumir que es la única responsable de su
propia vida.

¿Existe un perfil concreto de mujer que
acude a solicitaros ayuda?

Sí, las mujeres que han entregado su vida a
la pareja, a las/os hijas/os renunciando a su propio
proyecto de vida son mujeres que se
aman sólo a través de sus seres queridos y
eso al final trae un vacío interno y la pérdida
de su salud mental.

¿Cuál es la duración media de las terapias?

Los talleres, es decir, los grupos, vienen a
durar unos 6 meses, con una frecuencia de
dos horas semanales. Al terminar esa terapia,
hay mujeres que tienen que trabajar
otros aspectos de su vida realizando un nuevo
taller. Por ejemplo, una mujer puede empezar
realizando un taller de depresión y
después continuar con otro de malos tratos,
otro de separación o de incesto, según su
proceso de vida y de concienciación.

¿En todos los casos se hacen terapias de
grupo?

El objetivo es trabajar en grupos pero en algunos
casos hay mujeres que no pueden esperar
hasta que se inicie un taller, o que llegan
con una crisis muy fuerte y que en ese
momento no están en condiciones de integrarse
en un taller y necesitan primero una
terapia individual.

¿Cuál es el porcentaje de éxito?

El 80% de las mujeres han disminuido los
síntomas de la depresión y el 76% han reducido
la ingesta de psicofármacos.

El 88% han adquirido habilidades para
afrontar su problemática específica, para
tomar decisiones y plantearse un proyecto
de vida personal.

El 86% han disminuido el aislamiento social,
y han aumentado la participación en la
vida social, cultural, asociativa y laboral.

Así que podríamos decir que son muy positivos,
sobre todo teniendo en cuenta que la
mayoría de los problemas que padecen las
mujeres están basados en condicionantes sociales
o familiares de difícil solución.

¿Cómo os enfrentáis a un caso de malos
tratos? ¿Cómo empezáis la terapia? ¿Qué
es lo más urgente?

Cuando una mujer maltratada acude al Centro
y está sufriendo una crisis con un peligro
inminente para su propia vida, no se
espera a empezar un taller, sino que directamente
pasa a terapia individual, donde le
damos primero unas medidas de protección,
le enseñamos cómo actuar para protegerse.
Por ejemplo, gritar muy fuerte cuando
se produzca una agresión, crear un sistema
de apoyo con las vecinas, grabar teléfonos
de urgencia, poner denuncias correctamente,
solicitar partes médicos, guardar documentos
y algo de dinero en lugar seguro,
etc.

Más adelante, cuando empieza un taller de
maltrato, la integramos con otras mujeres
maltratadas donde todas juntas realizan un
proceso de autoestima y de aprendizaje de
nuevas formas de relación basadas en el
respeto y la igualdad.

¿Por qué son tan típicos los problemas
de autoestima en las mujeres?

Porque vivimos en una sociedad machista
cuya única referencia son los valores creados
por y para los hombres. No existe una
referencia de SER MUJER, por eso, nosotras
en el mundo público nos encontramos
imitando las formas que tienen los hombres
para relacionarse. Es un mundo de hombres,
sin conciencia de mujeres y si nosotras queremos
destacar en lo público, tendremos que
hacerlo con cuerpo de mujer y cerebro de
hombre, donde no se permiten ni la solidaridad,
ni la comprensión, ni el apoyo, sólo
la competencia pura y dura.

Esto nos hace actuar de una manera diferente
a lo que somos, lo cual nos conduce
finalmente a la “desestima”.

Has hablado mucho de feminismo, por favor, define ¿cómo entendéis el feminismo?

Es una manera de entender la vida con una
filosofía política en la que hombres y mujeres
no tienen por qué tener uno más poder
que otra sólo por el hecho de su diferencia
sexual. Un mundo en el que no se
conciben las relaciones de poder y subordinación
sólo por ser hombre o mujer. Para
nosotras, el feminismo no pretende quitar a
uno el poder para dárselo a otra, eso sería
un error, y suele utilizarse como descalificación
para impedir que el feminismo avance
como una filosofía de vida justa para todas
y todos.

¿Crees realmente que somos iguales hombres
y mujeres?

No. No somos iguales. Está claro que hay
diferencias por anatomía. Pero la mayor diferencia
está marcada por unos grupos sociales
y culturales que establecen las conductas,
las actitudes y hasta los sentimientos
que debemos tener unos y otras. Más
que la biología, es la educación la que marca
estas diferencias. En un mundo utópico
pero posible, en el que se eduque a las niñas
y a los niños en una verdadera igualdad,
estas diferencias dejarían de existir y
podríamos ser personas íntegras. No medias
naranjas, sino que podamos ser fuertes
y sensibles a la vez, que podamos explotar
todo nuestro potencial como personas.

¿Y crees que a los hombres también les
perjudica el machismo con el que se nos
educa?

¡Por supuesto! Probablemente de una manera
más profunda, aunque ellos no se den
cuenta, porque en el mundo de los sentimientos,
de los afectos y de la sensibilidad
quedan muy reducidos, sin explotar todas
sus capacidades y esto hace que se pierdan
una gran oportunidad: las relaciones humanas,
las de pareja y su propio desarrollo individual.

¿Cómo te sientes personalmente después del trabajo de estos 10 años?

Muy satisfecha por haber podido llevar a
cabo la utopía y por otro lado… pues, en el
camino he dejado muchas ilusiones, muchos
afectos, muchas emociones…

En este punto las emociones se asoman a
los ojos de Marisol y los humedecen. Y yo
me doy cuenta de que ha llegado el momento
de poner punto y final a esta entrevista.