El sistema de creencias de las mujeres respecto a la sexualidad ha ido variando en los últimos años, ya empezamos a creernos, por fin, aquella frase tan manida de “Tu cuerpo es tuyo”. Cada vez se cuestionan más las normas sociales y menos las prácticas de las personas, aunque aún nos queda mucho camino para deshacernos de todas esas creencias tan arraigadas que sitúan nuestra sexualidad en manos de los otros, los hombres, y centrada sobre todo en el sexo coital. Nos hemos creído que si no tenemos orgasmos a través de la penetración, es porque tenemos un problema, es decir, somos nosotras las que nos tenemos que adaptar al tipo de práctica sexual que la sociedad patriarcal dice que esta bien, aunque esta sobradamente demostrado que la forma mas habitual de tener un orgasmo en la mayoría de las mujeres es a través de la estimulación clitoridiana y externa, y no tanto vaginal.

Si todo lo que gira en torno a la sexualidad es oscuro y esta lleno de supuestos falsos, más aún cuando hablamos de la sexualidad con una misma, de la masturbación, onanismo, autoestimulacion… Nosotras cuando hablamos de la masturbación preferimos referirnos al autoplacer, al autoerotismo, porque engloba más componentes que tienen que ver tanto con los aspectos físicos, como emocionales, ya que el placer no solo esta localizado en los genitales sino que abarca todo nuestro ser.

Fueron muchos los autores que hablaron de la masturbación, uno de los primeros fue Sigmund Freud que sostenía que “ la masturbación adulta era la causa de una de las formas de neurosis”, pero fue el Informe Kinsey el que provocó cierto revuelo social al revelar que el sexo solitario era una práctica mas común y habitual de lo que se pensaba en aquella época, tanto entre los hombres como entre las mujeres y que no conlleva ningún tipo de daño físico o psicológico sino todo lo contrario.

Uno de los principales criterios para desechar esta práctica provenía del miedo de que si los hombres se masturbaban no podrían utilizar su semen para procrear, que al fin y al cabo ha sido el objetivo único de la sexualidad durante mucho tiempo. En el caso de que fueran las mujeres el peligro era que se las quitaran las ganas de tener relaciones sexuales cóitales con los hombres, disminuyendo las posibilidades de concebir. Con lo cual el trabajo de la sociedad patriarcal consistirá en hacer ver ante los ojos de todos/as que la masturbación es mala y peligrosa y ¿cómo hacerlo? a través de mitos sociales que tiene la característica fundamental de ser trasmitidos generación tras generación y no ser cuestionados.

El sexo es una creación social, las normas sociales determinan la conducta sexual adecuada, los parámetros “normales”, en el momento en el que sale de estos, se habla de patología, de enfermedad y desviaciones.

Prácticamente toda la población en sus distintas etapas evolutivas se masturba, desde muy temprana edad hasta ser ancianas/os. Aunque dependiendo del tipo de educación y del sentimiento de culpa que se haya interiorizado, se reconocerá mas abiertamente o no.

La sexualidad es otra de las formas en las que se puede visibilizar la desigualdad social. Tanto a chicos como a chicas cuando empezamos a descubrir nuestra sexualidad en solitario, nos llegan mensajes negativos, como una forma de represión psicológica para controlar el hecho de ser parte activa de nuestra sexualidad, relativos a la cantidad innumerable de consecuencias físicas y psicológicas que puede tener masturbarnos :provoca la caída del pelo y de los dientes, te vuelves loco/a, es un pecado mortal, arderás en el infierno, te quedaras ciego/a, te saldrán pelos en la mano…un sin fin de desgracias. Sin embargo las/os chicas/os adolescentes se enfrentan de distinta forma a esta situación, los chicos alardean y compiten para saber quien es el más macho, que viene determinado por el número de veces que ha sido capaz de eyacular, sin embargo en las chicas, nuestra feminidad pasa por el NO expresar abiertamente las veces que nos hemos masturbado porque tiene una relación inversamente proporcional al grado de decencia de una mujer.

La consecuencia de esto es que los hombres mienten sistemáticamente en las encuestas sexuales exagerando la frecuencia con la que acuden a la masturbación, mientras que las mujeres mienten en sentido contrario, minimizando la frecuencia.

El código moral de la conducta sexual femenina siempre ha sido muy restrictivo, muy distinto del de los varones. Hoy en día casi no se habla de autoerotismo femenino y si se hace es casi siempre desde la incomodidad, esto se percibe perfectamente en los grupos terapéuticos que se imparten en A.M.S., a pesar de llevar meses reflexionando y de haber trabajado sobre temas tal vez más dolorosos, este tema, es difícil de verbalizar, da la sensación de que aún no hubiéramos asumido a nivel emocional el derecho a disfrutar a solas de nuestra sexualidad, es como que tuviéramos que hacerlo a través de la relación sexual con otros/as.

Se suele conceptualizar la sexualidad “solitaria” como el masajeo mas o menos exitoso (orgasmo) de nuestros genitales (masturbación), no como actividad en la que están involucrados todos nuestros sentidos, desconocemos por completo lo que significa el autoerotismo.

En la mayoría de los casos partimos del desconocimiento de nuestra anatomía y más aún de su funcionamiento (fisiología), por ejemplo poco sabemos del CLÍTORIS, cuando resulta que es la única parte de nuestro cuerpo que no tiene otra función más que proporcionarnos placer.

Las imágenes sobre la anatomía del clítoris no están bien documentadas, la mayoría de las descripciones de los manuales son poco detalladas o inexactas, hoy en día si vemos cualquier libro relativo a la educación sexual de nuestras/os hijas/os podemos ver los dibujos de siempre, donde el clítoris aparece como un pequeña protuberancia, sin darle toda la relevancia e importancia que tiene y sin contemplar que es un órgano que se extiende internamente. No se nos da una información veraz sobre algo tan básico como lo es la anatomía de nuestros órganos genitales.

El ejemplo y la diferencia se muestran claramente en las representaciones gráficas que aparecen a continuación. En el primer dibujo se puede ver lo que habitualmente llamamos clítoris, una pequeña protuberancia, una especie de botoncito, es la parte visible. En la segunda imagen podemos observar que se trata de una estructura mucho más grande, interna y que se bifurca formando una V, cuando nos excitamos no solo entra en acción la parte visible, sino que también lo hacen estas partes mas ocultas. Si quieres ver el video donde obtendrás una información mas amplia sobre este tema cliquea en tu buscador “El clítoris on vimeo”.

Muchas mujeres que llegan al Espacio de Salud Entre Nosotras se sienten fracasadas por que no consiguen tener relaciones sexuales satisfactorias consigo mismas, piensan que no hacen las cosas de la “forma correcta” para acceder al placer, se desesperan buscando una solución muy alejada del autoconocimiento, sintiéndose cada vez mas presionadas.

Otra de las cuestiones que suelen plantearse en los grupos es la de creer que el tener una pareja sexual implica la renuncia a la sexualidad con una misma, cuando resulta que es todo lo contrario, autoestimularse tendría que verse como algo natural, como una manera de conocerse mejor a todos los niveles, a nivel físico y a nivel emocional, para luego poder compartir y disfrutar mas plenamente de las relaciones sexuales compartidas, en unas ocasiones y en otras de mi propia sexualidad.

También muchas mujeres, activas sexualmente y conectadas con su necesidad de expresarse y desarrollar el área sexual, entran en conflicto y se enfrentan a un entorno en el que imperan valores religiosos y morales más conservadores y mas acordes con el modelo imperante, recordándolas el concepto negativo de lo que significa el autoerotismo, asociado a no ser una mujer digna de respeto.

Toda la mala información que hemos recibido sobre la sexualidad y concretamente sobre el tema del autoplacer hace que experimentemos unos intensos sentimientos de culpa inoculados desde muy temprana edad y que consiguen bloquear el deseo sexual, y nos impiden centrarnos en las sensaciones agradables, inhibiéndonos de la posibilidad de experimentar con nuestro propio cuerpo.

Por lo tanto, para gozar de nosotras mismas tendremos que centrarnos en aprender a responsabilizarnos de nuestra sexualidad a través del autoconocimiento de nuestra anatomía fisiológica, autoexploracion sexual y el autodescubrimiento de nuestro placer.

Para ello, es importante que empecemos por cuestionarnos como han influido los mensajes que nos han dado sobre nuestra sexualidad, en concreto respecto al tema del autoerotismo, que hagamos un repaso de nuestras primeras experiencias y como todo esto condiciona nuestra actitud actual.

Asumir que el autoconocimiento no es una serie de pasos o técnicas que llevan al orgasmo, es un proceso integral, en el que se ven involucrados actitudes, pensamientos, sentimientos, fisiología, en fin todo el ser….por lo que se hace necesario un mayor conocimiento de nuestro cuerpo, de nuestros genitales y darnos permiso para experimentar. Cuanto más experimentemos más posibilidades tendremos de descubrir nuevas formas de placer.

Con todo ello tendremos la oportunidad de plantearnos una sexualidad más igualitaria donde no estén tan representados los roles, y haya menos diferencia entre las funciones de los dos sexos, asumiendo la diversidad sexual, convirtiendo la sexualidad en una expresión de la individualidad.

En definitiva decidir cómo queremos que se siga desarrollando nuestra sexualidad y como deseamos que encaje en el resto de nuestra vida.