Uno de los principales mandatos no explícitos hacia las mujeres, es el de tener pareja como requisito para sentirse personalmente realizada. Esta presión llega a ser tan fuerte, está tan imbricada en nuestra identidad que llega a afectar, incluso, al autoconcepto (a lo que creemos que somos).

Queremos mostrar este aspecto, a través de una de las tareas que se propone en uno de los talleres terapéuticos de Entre Nosotras, concretamente el Taller de Proyecto de Vida, en el que participan mujeres maduras, cuyo principal malestar se centra en “no tener pareja”.
de las tareas del módulo de pareja que desarrollan las mujeres dentro del espacio terapéutico Entre Nosotras.

La tarea consiste en que las mujeres se dibujen así mismas bajo tres premisas*:

Esta soy yo, este es mi cuerpo

Esta soy yo enamorada

Esta soy yo separada

esta_soy_yo_3.jpg

Esta tarea corresponde a una mujer mayor de 40 años independiente, con estudios superiores y trabajo remunerado y estable. Hemos escogido este trabajo porque nos parece que refleja muy bien los cambios que se producen en la autoimagen de las mujeres, en función de si se tiene pareja o no.

En este ejercicio podemos ver como en el primer dibujo, la mujer tiene cuerpo, con todas sus formas, pero no está asentado en el suelo (no tiene una base estable), y está rodeada de una cadena que le impide moverse libremente. Mientras que en el segundo, vemos una princesa de cuento de hadas, con todos sus detalles, que está junto al suelo firme, pero que no tiene pies, se sobreentienden por su vestido, como si por cumplir con el cuento, tuvieras automáticamente la estabilidad. Además su cuerpo deja de tener formas, de ser humano y natural para estar difuminado dentro del vestido, sin embargo su rostro muestra felicidad, porque por fin ha conseguido cumplir con el sueño, y todo lo demás queda en un segundo plano. Y por último, en la tercera imagen vemos un cuerpo convertido en esqueleto, sin forma, una masa deforme, negra, llena de lágrimas y de sufrimiento. Es la imagen de una mujer que ha perdido a su pareja, acompañada del texto “desolada, una mujer de agua, con el corazón bien doblado y guardado en el fondo del bolsillo”.

Como veis la percepción que tiene sobre cu cuerpo, sobre su estabilidad, sobre su estado emocional y, en general, sobre toda ella depende de su momento sentimental.

Cuando su cuerpo objetivamente es el mismo en las tres circunstancias, cuando las bases sobre las que se apoya su vida (casa, profesión, red social…) no han cambiado, y cuando ella sigue siendo ella misma, tenga a su lado una pareja o no.

Porque es muy importante aprender a vernos a nosotras mismas independientemente de una pareja, trabajamos en todos los talleres generacionales un módulo específico de pareja.

Desde nuestra experiencia personal y profesional, para superar los mandatos hay que hacerse consciente de su efecto en nosotras, y plantearnos propuestas centradas en nuestras necesidades.

* Este ejercicio es una adaptación del propuesto por Fina Sanz en su libro “Psicoerotismo femenino y masculino”